DOMINGO 10/07: COSTA ESTE DE SICILIA

Me siento incapaz de dedicar un capitulo independiente a las recaladas de esta costa (Taormina, Siracusa y Catania), intentaré dejarlo en un pequeño resumen, una zona de navegación que no aporta nada salvo para los interesados en la arquitectura de influencia griega, sobre la que se edificaron estilos posteriores, como el barroco, uniendo a esto los desmanes que ha provocado las diferentes erupciones del Etna, arrasando ciudades enteras, nos encontramos con una mezcla de estilos en cada “Duomo”.


Catania, es una ciudad bajo la influencia directa del Etna, sus edificios tienen un aspecto sucio y descuidado, debido fundamentalmente a las repetidas lluvias de cenizas, provenientes del volcán, su puerto tampoco aporta nada ni siquiera un surtidor “decente” para repostar gasoil.

Siracusa, famoso fondeadero natural desde la época griega, con un tenedero de fango donde la cadena del ancla se queda literalmente pegada al fondo, me atrevería a dejar el barco fondeado un par de días, mientras se visita el interior de la isla. Esta ciudad tiene una isla, donde se asientan los edificios históricos, se conoce como la isla de Ortigia, merece la pena visitarla.

Uno es de Extremadura, lo normal es defender la tierra natal, en este caso viene que ni pintado una opinión personal, antes de visitar Siracusa o Taormina, mejor pasar un fin de semana en la ciudad de Mérida y ya tenemos “el trabajo hecho”.

Desde el punto de vista de navegación, es una costa casi sin zonas propicias para fondeo, diría que con ciertos tintes de aburrimiento, este hecho ha permitido que consiguiera finalizar uno de los libros elegidos para el viaje: El Sanador de Caballos de Gonzalo Giner, que sin ninguna duda ha sido lo mejor de los últimos días, absolutamente recomendable.

Escribo estas líneas, fondeado en la bahía de Taormina, donde comienza un nuevo hito de este viaje, la navegación en solitario hasta Corfú....pero eso, eso será otra historia.

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