Semana Santa 2011

Se inicia una nueva aventura del TdB, Semana Santa 2011, se enrola un nueva tripulación: Javi, Chelo, Irene y Gema, todos procedentes de Madrid y con un objetivo definido, descansar y acercarse al mundillo náutico.


Unos compartimos coche desde Madrid, otras en autobús, pero el viernes por la tarde, nos encontramos en Alicante, primer objetivo: avituallamiento, consensuamos una lista de la compra y al Super ¡¡¡

Una vez en el barco, repartimos los camarotes y llega el primer momento conflictivo: ¡¡ el equipaje no cabe en los armarios ¡¡ , estibamos la compra para toda la semana, parece mentira la cantidad de rincones que tiene un barco, lo importante es acordarse después de donde se ha colocado cada cosa .

Nos planteamos una primera cena por Alicante, la pizzería habitual y a descansar, mañana comienza la aventura.

Amanece, los 40 Principales, colaboran para despertar a la tripulación, primer desayuno a bordo, acopiamos agua y nuestra proa enfila la bocana del puerto.

Se presenta una sábado con viento F3-F4, favorable del noreste para nuestra primera travesía hacia el Mar Menor, la marejada nos ayuda incomoda por nuestro través de babor, pero al doblar el Cabo de Santa Pola, nos acompaña por la aleta, lo agradece la tripulación que tiene su primer contacto con un velero.

Vamos dejando por nuestro estribor, la inconfundible silueta de la antena de Guardamar y el perfil de Torrevieja, por nuestra proa, los altos edificios de La Manga nos anuncian que nuestro primer destino estaba próximo.

Arribamos a la entrada del Canal, una hora antes de la apertura del puente, debido al incremento de la marejada, decidimos recoger algo de trapo y mantenernos al pairo, a resguardo de la Isla Grossa.

Por la emisora, recibimos el aviso de la próxima apertura del puente levadizo, enfilamos el canal y accedemos al Mar Menor. La marejada se ha convertido en marejadilla, de empopada, únicamente con el Génova, nos deslizamos suavemente a nuestro fondeo nocturno, sotavento de la isla Perdiguera, la primera puesta de sol de la singladura, motiva nuestra personalidad de paparazzis. Fondeamos en lecho de arena con 3 metros de sonda, el viento sigue soplando con bastante intensidad, pero el resguardo de la isla, permite un fondeo agradable, somos la única embarcación que pasa la noche fondeados en la isla.

Amanece el domingo, el fondeo sigue intacto, desayuno y baño matinal, inflamos la auxilair, la equipamos con el fueraborda y excursión a la isla Perdiguera. Arriban los primeros barcos a pasar el domingo en este fondeadero. Las condiciones meteorológicas empeoran en el exterior, fuerte marejada, viento de Levante con fuerza F5, la prudencia y la tranquilidad de nuestro fondeo, influye en la decisión de seguir un día más en el mismo punto.

Se ilumina la señal de completo del tanque de retención del baño, probamos con un alambre desde al agua, con liquido desatascador ¡¡nada de nada, no se desatasca¡¡……buff¡¡¡

El día ha sido soleado y la placa solar ha mantenido la carga de las baterías en un nivel razonable para no tener que arrancar el motor. Llega la noche, compartimos una espectacular luna llena, pasamos un rato divertido conociendo las estrellas y constelaciones, más utilizadas en navegación, el sextante pasa por las manos de toda la tripulación.

Amanece el lunes, las información meteorológica no ha mejorado, después de dos noches en la isla Perdiguera, nos apetece navegar, hacemos unos bordos recorriendo el Mar Menor. Decidimos probar las condiciones reales en el exterior, la fuerte marejada hace incomoda la navegación y volvemos a Tomás Mestre, pasamos la noche amarrados en el puerto.

Aprovechamos la estancia en puerto, Javier me ayuda a desmontar el circuito del wc y eliminar el atasco, ¡¡ SIN PALABRAS ¡¡.

El martes por la mañana, amarrados en puerto, la tripulación “alarga” las horas de sueño, no tenemos prisa, reponemos algunas cosillas en el supermercado que hay a la entrada del puerto y damos un paseo por la playa frente a Isla Grossa.

Aprovechamos la apertura del puente , a las 14:00 dejamos el mar Menor con rumbo a la Isla de Tabarca, la pequeña gran isla, nos acompaña la marejada al principio de la tarde, cayendo al final, no tenemos viento, estabilizamos con la mayor y motorada hasta la Isla, donde fondeamos en la vertiente sur, todavía queda suficiente luz para hacer una excursión por la isla, preparamos el auxiliar con el motor y al playa.

Volvemos al caer la noche, somos el único barco, la noche se ha quedado preciosa y decidimos cenar fondeados, sin prisas, relajados, disfrutando del momento.

La tripulación quiere navegar de noche, ponemos rumbo a Alicante con un ligero viento de través que no nos impulsa a mas de 3 nudos, queríamos deleitarnos con el único sonido de las olas en nuestra amura, sin motor, amarramos en el puerto a las 03:00 h.

Las previsiones meteo nos daban lluvia para el jueves, dedicamos el miércoles a navegar por la bahía, comer y sestear en Alicante. Durante la travesía matinal, con rumbo de ceñida, Gema e Irene, quisieron tomar contacto con la rueda del timón, no lo hicieron nada mal, salvo alguna orzada no prevista, nos mantenían por encima de los 7 nudos, ¡¡Enhorabuena chicas¡¡

El jueves amanece encapotado, con previsión de chubascos a partir de media mañana, decidimos dedicarlo a visitar el castillo de Alicante……..visto el resultado, creo que tengo que comprar un impermeable mejor.

Viernes por la mañana, tempranito a la panadería y tostadas para desayunar, tenemos previsto navegar hasta Altea, poco viento, seguimos con marejada del noreste, ponemos el motor y directos a comer fondeados, frente a la playa de poniente en Benidorm. Vimos algunas medusas, únicamente Javi se atrevió a darse un chapuzón, tarde de siesta sobre la cubierta, el sol calentaba lo justo. Al caer la noche, con algo más de viento y menos olas, Gema le había cogido gusto al timón y nos llevo hasta pasar Punta Albir, directos a Altea.

El sábado es el último día de navegación, nos separamos de la costa, buscando mejores condiciones de viento, y ¡¡ voila ¡¡, condiciones perfectas, 14 nudos del SW, marejada tendiendo a marejadilla……….de un solo bordo hasta Alicante. Las chicas decidieron hacer la travesía, junto al balcón de proa, los rociones las hicieron cambiarse de ropa dos veces, pero felices.

Las buenas condiciones de viento, nos hicieron alcanzar nuestro destino antes de lo previsto, habíamos disfrutado de la travesía, no queríamos entrar en puerto y seguimos dando bordadas por la bahía, hasta que cayó la noche.

Domingo por la mañana, llega la despedida, la mejor de todas en la bañera, toca cerrar el equipaje y al aeropuerto o el autobús, con “algo de penilla”, ya que habíamos compartido algo más de una semana de convivencia en un velero, sin ningún mal rollo, lo repetiría 100 veces.

Colorín, colorado, este viaje en velero se ha acabado………………

 
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