El Estrecho de Messina separa Sicilia y la Península Itálica, la parte norte es la más estrecha, aproximadamente 1-1/2 milla entre Cabo Peloro y Torre Cavallo, mientras en el sur entre Cabo Scalleta y Punta Pellaro, la separación es de 7-1/2 millas. Se caracteriza por fuertes corrientes y remolinos, directamente relacionado con el régimen de mareas del Estrecho de Gibraltar.
Amanece soleado, prácticamente sin viento, ayer había calculado según las mareas de Gibraltar el periodo horario en que la corriente tendría sentido norte-sur, por tanto nos favorecería navegar a lo largo del Estrecho.
Al llegar a la altura de Capo Raso, unas 7 millas antes de cruce, salta el curri y subimos a bordo a nuestra tercera pieza importante en esta singladura, esta vez obtenemos cuatro generosas raciones.
Al acercarnos a la entrada del estrecho, el tráfico de mercantes y grandes cruceros se incrementa de forma considerable, nos olvidaremos de la “norma de trafico náutico” y dejaremos pasar a “los más grandes”. A un par de millas, ya notamos el incremento de la corriente a favor en 1 nudo.
Justo al alcanzar Capo Peloro, se aprecian en la distancia “los remolinos”, el agua parece hervir, el choque de densidades y temperaturas entre el Jónico y el Tirreno no deja lugar a dudas, tenemos corriente descendente, leve viento del norte, día soleado, mar rizada.........pero aún así, con todo a favor, el pulso se acelera al ver los remolinos a la entrada..........estamos en el Estrecho de Messina¡.
A pesar de las condiciones muy favorables, he optado por la prudencia, la configuración elegida ha sido la mayor izada con un rizo (¡por si acaso¡) y navegación a motor.
A la altura de Punta Pezzo, tenemos una corriente favorable de 2 nudos, con el motor a bajo régimen, la corredera marca 5 nudos pero el gps indica que nuestra velocidad real es de 7 nudos, es imposible estar pendiente de todos los detalles: tráfico intenso en un canal donde no tengo preferencia, aumento de la velocidad por la corriente, esquivar los remolinos........y ese barco ¿qué es? ¿qué tiene en la proa?
Tenía referencia de los barcos que pescan pez espada en el Estrecho, pero si no lo veo no lo creo¡, son barcos con 2 tripulantes sentados en los alto del mástil observando la superficie del mar y una inmensa (15 metros) pasarela desde la proa que hace que la eslora del barco se duplique, estos barcos zigzaguean entre todo el tráfico existente en el estrecho y cuando avistan un pez espada en la superficie, lo arponean desde la pasarela.....creo que será mejor no estar en su camino¡.
A la altura del puerto de Messina, el mar comienza a encresparse, el viento de popa arrecia, agradezco haber elegido iniciar el paso con rizo, se observa algunos veleros en sentido contrario, a ellos el efecto de la corriente les produce el efecto inverso, les resta velocidad real.
Al paso natural de un canal de tráfico, con numerosos barcos mercantes y cruceros de pasajeros, vamos añadiendo niveles como en el “tetris”, existe un continua trasiego de pequeñas embarcaciones de pasajeros, tipo jet-foil, que comunican ambas costas que no tienes en cuenta a los barcos pequeños, aceleran y te pasan a poca distancia de la proa, levantando olas enormes, hace mucho tiempo que no decía “tantos tacos” seguidos.
Dejando el puerto de Reggio di Calabria, parece que nos hemos teletransportado a otro mundo, las condiciones de navegación son absolutamente diferentes de las que teníamos al otro lado del estrecho, el viento de aleta ha subido a una aparente de 25 nudos (¡debía de haber elegido dos rizos en lugar de uno¡), la mar rizada ha subido a marejada........apago el motor, desenrollo medio génova y a volar sobre las olas ¡subidón de adrenalina¡.
Estas condiciones de viento se mantiene 7 u 8 millas más, poco a poco según nos alejamos del estrecho el viento va cayendo, la marejada continua 3 o 4 millas más, haciendo incomoda la navegación hasta alcanzar la Bahía de Taormina.
La bahía de Taormina es uno de los pocos fondeaderos resguardados del viento norte, predominante en el estrecho en esta época estival, se puede fondear tranquilamente, hay bastantes veleros, buen tenedero, mar plana aunque el viento sopla con bastantes rachas al descender por las laderas de los acantilados. Si no fuera por la vía del tren, sería un lugar idílico, sobre nuestras cabezas, en lo alto podemos observar la ciudad colgada sobre la ladera.
Merece la pena visitar Taormina, tiene unas vistas espectaculares sobre el mar, con el simple hecho de pasear sus calles puedes observar el cruce cultural de estas costas, donde diferentes culturas han ido edificando, unas sobre otras. Es un lugar bastante turístico, repleto de bandadas de autobuses, con cientos de tiendas de souvenirs, pero si se visita a primera hora de la mañana es un lugar muy agradable.
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