Pasamos del Jónico al Tirreno y todo el viento se quedo atrapado en el estrecho de Messina, su intensidad no superaba los 6 nudos y la mar levemente rizada, teníamos por delante centenares de millas y las previsiones de viento no eran nada buenas para navegar a vela, un sistema de altas presiones permanecería estacionario durante varios días sobre el centro del Mediterráneo.
Un nuevo atardecer para recordar, una nueva puesta de sol para no olvidar, la fotografía es única, el sol se desvanece entre las silueta de las islas Eolias, poco a poco la luna llena toma posesión de la noche, dejamos Vulcano por estribor, Palermo por babor, el norte de Sicilia nos acompaña durante buena parte de esta travesía, seguimos sin viento, la navegación sigue estando presidida por “mucho ruido y pocas nueces”.
Próximos a Capo San Vito, se establece un viento del sureste de 10 nudos, tantos días añorándolo que izamos todo el trapo, la mayor toralmente abierta sobre la banda de estribor, el génova atangonado sobre la banda de babor, una mar rizada de popa que nos acompañaba a nuestro próximo destino, Cerdeña.
La alegría duró unas 4 horas, un aviso por la emisora de un pequeño frente activo con chubascos aislados, nos obliga a cambiar nuestra configuración de velas y desviar nuestro rumbo 30 grados hacia el sur hasta que vimos los cumulonimbos se dirigía hacia el noreste.
Una nueva preocupación nos acompaña, no teníamos previsto hacer 300 millas a motor, lentamente la aguja del depósito de gasoil va descendiendo, hacemos uso de nuestras garrafas de reserva y reducimos la revoluciones del motor a 1.800, el consumo se modera, la gasolinera más próxima esta junto a Capo Carbonara en Villasimius. El viento ni está ni se le espera, solo recordamos una sucesión de días y noches, navegando a motor, con la mar totalmente en calma, la velocidad del TdB es de 5 nudos.
En algún punto perdido entre Sicilia y Cerdeña, conectamos el receptor de onda corta para escuchar las noticias de Radio Exterior, no lo podemos creer, están retrasmitiendo el partido Real Madrid-Dinamo de Zagreb, como si estuviésemos en cualquier terraza del barrio de La Latina, acompañamos nuestra cerveza de una tapita de queso y disfrutamos del partido.
Los primeros reflejos del alba por la popa nos indican que un nuevo día está próximo, en la proa sobre las últimas trazas de la noche, se vislumbran los primeros reflejos de Capo Carbonara, el sur de Cerdeña nos da la bienvenida.
Nuestro próximo destino....................España.
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