Volvemos a las buenas costumbres, bañito matinal antes de desayunar, sin duda esta cala merece la pena a pesar de la complejidad de su fondeo, la belleza que nos rodea es absolutamente salvaje, las rocas de los acantilados dibujan un cortante perfil a nuestro alrededor, el agua absolutamente transparente, numerosos bancos de peces nos permiten nadar entre ellos, simplemente espectacular.
Navegamos el resto del día, bordeando la costa oriental de Kephalonia hasta poder cruzar a la isla de Zakhintos, tenemos interés en visitar la Cueva Azul y la playa del naufragio, nuestro destino es el puerto de Nikolaos, nuevamente amarramos a la griega con la inseparable compañía de un viento de 20 nudos, rápidamente nos organizamos para visitar la Cueva Azul en una de las múltiples lanchas que realizan el trayecto, la visita nos dejan impresionados, incluso nos han dejado junto a una de las grutas con una entrada de unos 50 cm de altura en la que hemos entrado nadando hasta unos 30 metros de fondo, donde la oscuridad se va adueñando del intenso color azul que produce la entrada de luz.
“Comemos” a las 17:30h, nos levantamos de la mesa cuando los franceses e ingleses se están sentando para cenar. Antes, durante y después de la comida, charlamos animadamente con Dimitri y su hermana, que nos cuentan sus aventuras en la pesca al curri del atún, no funciona la wifi del restaurante y nos colocan una alargadera para el portátil, no hay duchas y ponen a tu disposición la del restaurante, no hay luz y ponen una alargadera para la toma de corriente, no hay agua y ponen una manguera desde el pozo, un familia que realmente merece la pena, el local se llama “La Taberna del Puerto”, sin dudarlo repetiría este puerto y la comida en este restaurante, al navegar por estas aguas.
Un viento de F5, aúlla entre la jarcia el resto de la noche, mañana hay previsión de F6, la visita a la playa del naufragio tendrá que esperar al próximo viaje.
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