JUEVES 28/07: ORMOS AY ANDREOU (Ithaka) (38º18,2´N, 020º43,6´ E)

Amanece en la bahía de Vathi, calma, olas y viento se han tomado un descanso, aprovechamos para amarrarnos a un hueco libre del muelle, realizamos la maniobra a la griega, no existen muertos por tanto, debemos calcular donde largar nuestro ancla, esta hará las funciones del mismo, dando atrás nos acercarnos de popa al muelle hasta que podemos pasar dos amarras por seno, a sendas argollas destinadas a tal fin.


Después de estar acostumbrado a los puertos españoles e italianos, donde todo es pagar y los servicios cada vez son menos, sorprende gratamente que no tengas que pagar en los puertos, no prestan servicios, únicamente facilitan un punto de amarre para poder desembarcar cómodamente, muchos de los puertos tienen agua gratuita, en otros te abastecen con camiones cisternas a un módico precio, no necesitamos conectarnos a la electricidad, con la placa solar y el conversor a 220 voltios estamos abastecidos.

Dedicamos la mañana a darle una alegría a nuestra despensa en un mini-supermercado de “Karrefur” , en una frutería y una carnicería cercanas completamos la compra, el resto del tiempo nos convertimos en simples turistas buscando el típico recuerdo del cenicero que pone: “Yo estuve en Vathi”. La mañana finalizó con una comida en una preciosa terraza de una típica “taverna” griega, con mesas en el paseo marítimo a escasos metros de las popas de los veleros.

Sin tiempo para una siestecita, largamos amarras al arreciar el viento de la tarde, en un abrir y cerrar de ojos estamos con 20 nudos. No tenemos un punto preciso de destino, decidimos costear hacia el sur hasta en encontrar una cala que nos convenza.

Revisando la carta y el derrotero, elegimos la cala Ay Andreou en el suroeste de la isla de Ithaka, fondeamos en 12 metros y aproximamos nuestra popa a tierra, largando dos cabos a unas piedras que nos hacen de bolardos, el viento rola de NE a NW, pero TdB ni se inmuta, los tres puntos de fijación se lo impiden. El derrotero define esta cala con la siguiente frase: “La belleza salvaje de este lugar y su completo aislamiento no merecerán la pena para algunas personas”, no estoy de acuerdo hay pocos lugares como este. Pasamos al noche acompañados de otros 4 veleros, el viento acaricia los 20 nudos, unos de los veleros decide hacerse a mar abierto a las dos de la madrugada, con tal mala suerte que la cadena de su ancla está enredada con otra, los insultos en diferentes idiomas nos despiertan y todos suben a cubierta a contemplar el espectáculo.

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