MARTES 17/05: CABRERA – MALLORCA “Porto Colom” (39º25,1´ N, 003º15,90´ E)


Después de navegar algunos días, comenzamos a adaptarnos al horario solar (los relojes se han olvidado en los camarotes).

Nos levantamos temprano, alguno de los veleros ya han dejado la bahía, nos disponemos a la primera tarea del día, incluso antes del desayuno, bañador y ¡¡chas¡¡ desde el balcón de proa, nada mejor para despertarse. Desayunamos relajados y excursión al castillo, las vistas son espectaculares.

Nos espera Mallorca, dejamos la isla de Cabrera con cierta pena, rumbo a Cala LLombarts, con las típicas cuevas y rocas formadas por el mar, con la idea de llegar para comer. Únicamente fondeado un velero, ha dejado el sitio justo para nosotros, entramos en la cala de popa, largamos fondeo y un cabo a tierra, para evitar el borneo.

Después de comer, recogemos a mi hermana MºJose y Pablo, en Cala Mondragó, damos un pequeño “paseo” por la costa, hasta Cala Llonga, dejándolos nuevamente en la playa.

Seguimos haciendo camino hasta Porto Colom, para pasar la noche y planificar las siguientes etapas, incluido el salto a Menorca.

Seguimos sin viento, acumulando millas en la casilla de motor, aunque la distancia entre calas no es mayor de 3 millas, llevamos izada la mayor para buscar sombra, el sol cae sobre nosotros, en todo su esplendor.

1 comentario:

  1. Martes 17 de mayo

    Comienza un nuevo día en la bahía de Cabrera, con un sol espléndido y el correspondiente baño matutino. Los peces de ayer nos están esperando, a lo mejor también es su hora de desayunar. Les tiramos unas galletas a ver que pasa y se abalanzan como pirañas sobre ellas. A ver si subo el vídeo porque es algo digno de ver.

    No es que tengamos mucha prisa, y nos acercamos a tierra en la auxiliar para visitar el castillo y sacar unas fotos mientras la mayoría de los veleros fondeados salen de la bahía. Nos encontraremos alguno de ellos más tarde, por las calas mallorquinas. Sobre la ruta de 11Km al faro en la otra punta de la isla mejor correr un tupido velo...

    Impresionantes las vistas desde el castillo de Cabrera. Ahora mismo la isla está casi desierta, pero entiendo perfectamente porque en verano hay bofetadas para reservar un fondeo. Bajamos a la cantina a tomar un café antes de irnos, justo cuando una horda de adolescentes desembarca para hacer una visita guiada por la isla. Parece que hay un convenio con el Govern Balear y este tipo de visitas colegiales son habituales entre febrero y junio. La tranquilidad y quietud de la isla se han roto y como somos gente pacífica nos vamos con viento fresco (es un decir) rumbo a Mallorca.

    Camino de Mallorca vamos buscando en el derrotero una cala para fondear, bañarnos y comer. Escogemos Cala Llombart, la típica cala mallorquina con una playita al fondo y el agua de color azul turquesa/esmeralda. Alemanes tumbados en la arena, alemanes lanzandose de cabeza desde la rocas y alemanes en el único velero que hay fondeado en la cala.

    Comemos y subimos hasta Cala Mondragó, a recoger a unos familiares de Juan y damos un paseo por la costa, entrando en algunas calas que nos llaman la atención. Todo el litoral, acantilado, está salpicado de casitas y chalecitos prácticamente al pie del mar, muchos de ellos con una escalerita directamente hasta el agua. Al principio me fastidia que se estropee la costa con tanta casa, con lo bonito que hubiera sido que las retiraran unos metros hacia atrás, y dejarán una senda costera para uso y disfrute de todo el mundo. Al final termino reconociendo que lo que me corroe es la cochina envidia porque ninguna de esas casas es mía…

    Dejamos a Mª Jose y Pablo en Cala Mondragó y subimos a Porto Colom a pasar la noche. Nos apetece bajar a tierra a cenar algo y dar un paseo. Se supone que hay boyas libres para amarrar, pero están todas ocupadas, así que fondeamos fuera del canal del puerto, al lado de otros veleros y nos aventuramos a hinchar la auxiliar para bajar a tierra. Ya es de noche y conseguimos llegar al muelle gracias a la pericia (ejem) de Juan. Ya le hemos cogido el truquillo al asunto. Mojar sabemos que nos vamos a mojar, porque vamos a ras de agua y nos salpica al menor traqueteo, así que vamos en pantalón corto y chanclas, con una mochilita para el calzado y una bolsa impermeable para resguardar los móviles y los dineros

    Port Colom es muy tranquilo y tiene varios restaurantes a pie del puerto, todos ellos muy elegantes y ocupados (como no) principalmente por alemanes. Escogemos uno de ellos para cenar unas tapitas mientras los alemanes nos miran de reojo, porque después de dos días sin ducharnos, sin afeitarnos, y con la ropa de faena, la verdad es que muy elegantes no vamos precisamente.
    Volvemos al barco zigzagueando entre los veleros fondeados y esperando que no aparezca en ese momento un pesquero porque entre que no levantamos un palmo del agua y la poca luz que da el frontal nos pasa seguro por la quilla. Una vez más, llegamos al Tierra de Barros, sanos, salvos…y mojados.

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