Islas Eolias (Sicilia)

Las Islas Eolias forman un archipiélago de islas volcánicas, situado al nordeste de Sicilia, cerca de su costa. Las siete islas principales son Lípari, Vulcano, Salina, Stromboli, Filicudi, Alicudi y Panarea.

Lípari es la capital de las Islas Eolias y en ella se encuentra con el mismo nombre la ciudad más grande. Se reparten entre las islas alrededor de 13.000 habitantes, cantidad que aumenta sensiblemente en épocas turísticas.

Islas de belleza incomparable, las Eolias tienen una historia que encuentra sus raíces en la antigüedad. Pobladas desde el final del período Neolítico, eran famosas por la elaboración de la obsidiana, el cristal de origen volcánico producido con la lava enfriada, utilizada para fabricar armas y toda clase de utensilios. La exportación a todo el Mediterráneo desde estas islas, y desde Lípari particularmente, era muy importante y tras la dominación normanda fue conocido en todo el mundo. El archipiélago, formado por siete islas habitadas, Lípari, Vulcano, Salina, Panarea, Filicudi, Alicudi, Estrómboli, y por arrecifes y numerosas islas de menor tamaño también de origen volcánico, y con sólo dos cráteres aun activos, Vulcano y Estrómboli, ofrecen la posibilidad de gozar plenamente de una naturaleza espectacular.

Esta tierra de titanes es Patrimonio de la Humanidad desde 2000, y su climatología suele ser mucho más benigna que la descrita por el divino Virgilio, el cual engrandece la hazaña del héroe latino Eneas, haciendo rugir los cálidos vientos de estas, casi siempre, benignas latitudes. La cultura mediterránea impregnada en los rincones de sus pueblos, y la biodiversidad, las dotan de un atractivo especial para el turismo. Esa naturaleza salvaje guarda el oscuro poder de Juno, y por ello, los viejos pescadores recogen sus redes secadas al sol los dias que sopla levante, por si acaso.

Virgilio, gran conocedor del alma humana y el paisaje, imaginó en el Libro I de La Eneida como Eolo movía una montaña a instancia de la poderosa Juno para desencadenar a los vientos que habitaban en fondo de una oscura cueva, condenando así al héroe, Eneas, a vagar perdido durante 7 años por el mar…


…Haec ubi dicta, cavum conversa cuspide montem

Impulit in latus; ac venti, velut agmine facto…



…Una vez dicho esto, haciendo girar la punta de su lanza, empujó a un lado el hueco monte; y los vientos, como un ejército en marcha, se precipitan por la salida que se les ha abierto y levantan la tierra con sus remolinos. A un mismo tiempo, el Euro y el Noto, y el Africo fecundo en tempestades se tendieron sobre el mar, lo remueven todo desde lo más profundo de su abismo y hacen rodar enormes olas hacia las costas

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